domingo, 16 de noviembre de 2014

16 Noviembre 1870 las Cortes proclaman a Amadeo de Saboya rey de España

Merced al apoyo del sector progesista de las Cortes, Amadeo I fue elegido el 16 de noviembre de 1870, aceptando formalmente la adjudicación de la corona. 
Juraría la constitución en Madrid el 2 de enero de 1871.


Embarque del rey Amadeo en el puerto de La Spezia, Italia en 1870, obra de Luis Álvarez Catalá


El reinado de Amadeo I fue el primer intento en la Historia de España de poner en práctica la forma de gobierno de la Monarquía parlamentaria («monarquía popular» o «monarquía democrática», como se la llamó en la época), aunque se saldó con un sonoro fracaso ya que sólo duró dos años.

Amadeo I junto al cadáver de Prim, obra de Antonio Gisbert (1870)

Entre las razones del fracaso se suele aducir el hecho de que el mismo día de la llegada a España del nuevo rey moría en Madrid el general Prim, víctima de un atentado que se había producido tres días antes. Prim, además de ser el principal valedor del nuevo monarca, era el líder del Partido Progresista, la fuerza política más importante de la coalición monárquico-democrática y cuya muerte abrió la pugna por la sucesión entre Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla que a la larga acabó provocando la «traumática descomposición» de aquella coalición destinada a ser el sostén de la monarquía amadeísta.

Prim, Serrano y Topete subastan la Corona españolaLa Flaca (1869)

Por otro lado, la monarquía de Amadeo I no consiguió integrar a los grupos políticos de oposición que no reconocían la legitimidad del nuevo rey y que siguieron defendiendo su propio proyecto político —la República, la monarquía carlista o la monarquía alfonsina—. El reinado deAmadeo I forma parte del período del Sexenio Democrático (1868-1874), que comienza con la Revolución de 1868 y que termina con la también fracasada Primera República Española (1873-1874).

Caricatura de La Flaca de agosto de 1869 en la que aparece el político neocatólico Cándido Nocedal como Sancho Panza y el pretendiente carlista Carlos VII como Don Quijote. La Iglesia Católica aparece como telón de fondo

Desde el primer momento su reinado se perfila difícil. Fue el apoyo de Prim y de los congresistas lo que le hizo llegar al trono. Sin embargo, el asesinato de Prim antes de la llegada del rey le privó de su mejor baluarte. Parece que fueron los republicanos los que inducen a este asesinato, temerosos de que se vean afectados los intereses de los comerciantes españoles en Cuba cediendo el gobierno a la presión de E.E.U.U. de abandonar la isla. Aunque son algunos los que acusan al entorno del Duque de Montpensier, pues es sabida la animadversión de Prim a su candidatura.

Amadeo I. Vicente Pamaroli

Desconocedor de la lengua, de personalidad frágil y sin carisma, Amadeo no acaba de ser aceptado por la nobleza y la Iglesia, y apenas tiene el respaldo de sectores industriales y comerciantes, pues la creciente conflictividad social, la persistencia de la crisis económica y la inestabilidad política también apartarán otros sectores económicos de la corona.

Amadeo I y su esposa María Victoria del Pozo

Sólo contó con el apoyo del partido progresista, cuyos jefes se sucedieron en el gobierno y obtuvieron la mayoría parlamentaria gracias al fraude electoral. Los progresistas se escindieron en constitucionales y radicales, con lo que la inestabilidad aumentó, y en 1872 las actuaciones violentas llegaron al límite. Los carlistas se levantaron en las regiones del norte y catalana, y a partir de ese momento las insurrecciones republicanas tuvieron lugar sucesivamente en varias ciudades. Ante la imposibilidad de seguir gobernando sin ningún tipo de apoyo, decidió dimitir, anunciando su abdicación a la Corona española.


El detonante que puso fin a la dinastía Saboyana fue el verse obligado a firmar la disolución del cuerpo de artillero. Así, y después de haber vivido un reinado de muchas tensiones, el rey firmaba su acta de abdicación el 11 de febrero de 1873. Ese mismo día, sobre las diez de la noche, se proclamó la república y Amadeo I se dirigió por última vez a las Cortes españolas en donde calificó a los españoles de ingobernables.



Totalmente desengañado, el monarca abandonó España para regresar a su país natal, donde tomó posesión del ducado de Aosta. Allí pasaría el resto de sus días hasta que falleció, víctima de una bronconeumonía, el 18 de enero de 1890 en la ciudad que le vio nacer. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de Superga, el panteón real de Turín.

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