miércoles, 12 de noviembre de 2014

12 Noviembre 1912 es asesinado José Canalejas frente a la librería San Martín

D. José Canalejas y Méndez, nació en el Ferrol el 31 de julio de 1854. 

Sus padres fueron D. José Canalejas y Casas, ingeniero industrial y Doña Amparo Méndez. Muy niño vino a Madrid, donde se estableció su familia. Fue de un talento y precocidad asombrosos. Cursó la Segunda Enseñanza en el Colegio de Santonja y luego en el Instituto San Isidro de Madrid. Cursó simultáneamente en la Universidad Central los estudios de Derecho y Filosofía.



En 1871 se licenció en Filosofía y un año después, en Derecho. Al año siguiente se doctoró (1872). Tenía entonces 18 años y por nombramiento unánime del claustro explicó en la Universidad durante tres cursos las asignaturas de "Principios Generales de Literatura" y "Literatura Española". En la misma época se dio a conocer como orador extraordinario en el Ateneo de Madrid. En la Academia de Jurisprudencia en la que ingresó se reveló asimismo como un gran orador. Destacó también como periodista fundando "El Demócrata" y dirigiendo "El Heraldo de Madrid". Se había señalado por sus ideas avanzadas y democráticas, simpatizando con los principios republicanos, pero no tardó en separarse de ellos ingresando con D. Cristino Martos en el Partido Liberal.

Fue por primera vez diputado a Cortes por Soria (1881-1883) y más tarde por Algeciras y Alcoy, donde le nombraron hijo adoptivo. En 1883 fue Subsecretario de la Presidencia con Posada Herrera y en 1888, Ministro de Fomento, escribiendo entonces la importante obra "Derecho parlamentario comparado". A finales del mismo año es nombrado Ministro de Gracia y Justicia y en 1884 Ministro de Hacienda.



Al morir Sagasta y constituirse el primer Gabinete Moret, fue elegido Presidente del Consejo en las Cortes de 1905. Por último llegó a la Presidencia del Consejo y a la jefatura del Partido Liberal.

Entre sus proyectos figura el Servicio Militar Obligatorio, la Abolición del Impuesto de Consumos, la Ley de Mancomunidades, el Proyecto de Ley de Huelgas Ferroviarias, una Nueva Ley de Enseñanza, la reorganización de todos los Servicios del Estado y el acometimiento de grandes mejoras mediante un presupuesto extraordinario de 1.500 millones de pesetas como también el proyecto de resolver la llamada "cuestión religiosa" en sentido avanzado, lo que promovió gran revuelo y grandes protestas.



La trayectoria de D. José Canalejas fue ampliamente liberal. Fruto de su política fue la promulgación de la R.O. permitiendo la manifestación de signos en la fachada de los edificios religiosos y la aprobación en sesión permanente de la llamada "Ley del Candado" en 1910.

Otra de sus leyes es la que substituye el juramento por la promesa, para los que opten por la última en los actos públicos, excepto los militares.

Dotado de una extraordinaria capacidad de trabajo, podía soportar las mayores fatigas sin que su organismo pareciera sentir cansancio. Fue Decano del Colegio de Abogados de Madrid y Presidente tres veces de la Real Academia de Legislación y Jurisprudencia, Académico de la de la Lengua y de la de Ciencias Políticas y Morales y desde 1904, Presidente del Ateneo de Madrid. Publicó numerosas obras.

De este hombre extraordinario, gran político y hombre de letras, el periódico ABC decía: "La clemencia fue siempre su inspiración". En vano se registrará minuciosamente su vida pública y privada para encontrarle un rencor, una venganza, un despecho, nada que pareciera violencia ni aún severidad.

Actual Plaza de Canalejas con los edificios Tomás Allende y Meneses

"Era Canalejas sobre todo un hombre clemente, piadoso, todo blandura y tolerancia, pródigo y exaltado en sus efusiones generosas... Todas las contrariedades y amarguras que le deparó la política se originaron en esta noble condición...Quería una solución para cada problema, un remedio para cada necesidad, una satisfacción para cada descontento... Le bastará su talento excepcional y su elocuencia soberana para subir desde muy joven las más altas jerarquías. No tuvo que buscar con propagandas, promesas y halagos, masas que lo encumbrasen. Se encumbró él sólo y ya en lo alto, cuando a nadie necesitaba, se fue hacia el pueblo, al que suelen olvidar los que le deben todo y con el pueblo se comprometió en una política radical, reparadora y un poco romántica, pero absolutamente desinteresada.

Había suprimido de hecho la pena de muerte y pretendido borrarla del Código... y muere asesinado alevosamente, cuando caminaba indefenso y descuidado".


Biografía del Asesinato


¿Cómo tuvo lugar el crimen?

El 12 de noviembre de 1912, a las 11:25 de la mañana, pasaba D. José Canalejas por la Puerta del Sol, sólo y a pie después de haber despachado con S.M. el Rey. Regresaba de su domicilio de la calle de las Huertas y como tenía convocado Consejo de Ministros en el Ministerio de Gobernación en plena Puerta del Sol, decidió dar un paseo, dirigiéndose desde su casa por la Plaza del Ángel, y calle de Espoz y Mina para llegar al Ministerio. Antes de cruzar la calle de Carretas, se detuvo ante el escaparate de la Librería San Martín para ver algunos libros que allí había expuestos. En aquel momento, un hombre joven, de mediana estatura, bien vestido, con un gabán gris claro, pantalón azul marino, sombrero flexible, se acercó al Presidente por la espalda y sin que éste se hubiera apercibido, sacó una pistola Browning de gran calibre, y apoyándose en su hombro hizo sobre su víctima tres disparos consecutivos ocasionándole la muerte instantáneamente. Cayó al suelo el Presidente frente a la Librería. El criminal, al ver que Canalejas caía y la gente se arremolinaba a su alrededor, trató de huir entre unos coches que allí había estacionados. Uno de los agentes de Policía que seguía a cierta distancia al Presidente, al presenciar el crimen, se lanzó sobre el asesino consiguiendo darle un golpe con el bastón que llevaba. Simultáneamente, uno de los que por allí pasaban, de nombre Víctor Galán, ordenanza de ""La Filarmónica"", y al presenciar el atentado, se lanzó también sobre el asesino. Este, acorralado, vio que no podría librarse de un linchamiento y entonces dirigió el arma contra sí mismo haciendo dos nuevos disparos, cayendo al suelo moribundo. 

Manuel Pardiñas

El Presidente permaneció unos momentos caído en el suelo ante el estupor de los que se habían arremolinado a su alrededor. Pero al poco tiempo era trasladado al Ministerio de la Gobernación por cuatro agentes de Orden Público. Allí, los médicos que de inmediato acudieron, no pudieron hacer más que certificar su defunción. El asesino, aún vivo, fue llevado a la Casa de Socorro del Distrito de Centro en la cercana Plaza Mayor.

Heridas mortales

El Sr. Canalejas había recibido una herida en la región occipital con orificio de entrada detrás de la oreja izquierda y de salida por el oído derecho. La muerte había sido instantánea. La herida era mortal de necesidad.

En cuanto al asesino-suicida, en estado agónico, fue trasladado a la Casa de Socorro del Distrito de Centro situada en la vecina Plaza Mayor, donde fue recibido por el Médico de Guardia quien le practicó un rápido reconocimiento, apreciando una herida de bala con orificio de entrada en la región temporal derecha y otro de salida en la región parietal izquierda. A las 2:23 fallecía sin haber recobrado el conocimiento siendo trasladado seguidamente al Depósito Judicial donde se le practicaría la autopsia. 

Sobre el cadáver fueron hallados una partida de nacimiento, un retrato de mujer con la dedicatoria ""A mi inolvidable Manuel"", un documento con el rótulo "Conflagración mundial: París" redactado en clave, un folleto de propaganda anarquista, un fragmento de la "Astronomía Popular" de Flammarion, un número del periódico ABC del día del crimen, una pluma estilográfica de oro, una cédula personal y una carta del Comité Internacional de Ginebra en la que se le preguntaba si seguía trabajando en la obras del Palace Hotel y por último, un billete de 25 pesetas, 16 en plata y 1.55 en calderilla.

Canalejas yace muerto

Los documentos demostraban que el asesino era Manuel Pardinas Serrano, nacido en El Grado (Huesca) el 1º de enero de 1886. Era hijo de Agustín Pardinas Ferriz, carabinero licenciado y de María Serrano. Era un conocido y peligroso anarquista.

El cuerpo del Presidente Canalejas fue expuesto en el Salón principal del Ministerio de la Gobernación que desde entonces se conoce como "Salón Canalejas". El Rey D. Alfonso XIII, visiblemente emocionado, se presentó de inmediato en el Ministerio acompañado del Marqués de la Torrecilla y del General Aranda que era el Ayudante de Guardia. Ante el cadáver del Presidente fue informado por el Jefe Superior de Policía que le dijo: "El criminal está fichado en la Jefatura" a lo que el Rey le contestó secamente: "¡Pues sí que han vigilado ustedes bien!".

Calle Carretas

Canalejas sabía que le acechaba la muerte. Conocía la existencia del anarquista Pardinas y sabía que era un hombre muy peligroso. Pocos días antes había confesado a su esposa () que "estaba de mal humor porque se había perdido la pista de un hombre peligroso". Doña María le había preguntado:
"¿Un anarquista?"
- "Sí", le había contestado Canalejas, " y de acción. Estaba en Francia y allí le seguía la pista un policía español para conocer sus pasos, pero al parecer, le perdió la pista y sólo supo que se había internado en España y tengo el convencimiento de que nos dará algún disgusto serio. Se llama Pardinas".
La Prensa y cuantos conocían a Canalejas manifestaron que "aquel crimen se podía haber evitado". ¿Hubo un complot?

LIbrería San Martín

Algunos de los peatones pudo observar que el criminal estuvo conversando antes de los disparos con alguien que se fue rápidamente, de lo que parece deducirse que el criminal no estaba sólo.

Uno de los hijos del Librero Sr. San Martín presenció el crimen desde el interior de la Librería. Observó cómo el Presidente se había detenido ante el escaparate de la Librería, cosa que siempre hacía cuando pasaba por allí. De pronto, observó que se rajaba la luna del escaparate al mismo tiempo que escuchaba lo que parecía ser un disparo. La luna del escaparate se rompió en pedazos. Tres disparos más se oyeron cuando abrieron la puerta. No pudieron salir porque el cuerpo de Canalejas estaba atravesado ante la puerta.

Intentó el Sr. San Martín, ayudado por la dependencia, introducir el cuerpo del Sr. Canalejas en el interior de la Librería, pero acudieron unos guardias y se lo llevaron al Ministerio de la Gobernación. La sangre que quedó en el suelo fue muy poca. La luna de la puerta tenía dos orificios redondos, quedando destrozada en gran parte. 

En la parte izquierda del marco de la puerta se veía la huella de otro disparo. En cuanto a la posibilidad de un complot, luego se supo que al parecer todo comenzó en una reunión de terroristas que tuvo lugar en Tampa (Florida, USA) donde se había decidido asesinar al Rey y a su primer Ministro. Entre estos grupos se hallaba Pardinas que se había ofrecido a realizar los atentados. De Florida pasó a París y Burdeos, donde estuvo bajo vigilancia policial. Constant Leroy en uno de sus libros había enviado desde París una foto de Pardinas tomada en Tampa.

Sepulcro de Canalejas en el Panteón de Hombres Ilustres

Como en todos los magnicidios, los móviles son muy complejos y siempre suelen quedar en el misterio. Aquí, en el caso del asesinato de Canalejas se ha hablado sobre la posible influencia que tuvieron las Leyes que promulgó, como la "Ley del Candado" que restringió las asociaciones de Órdenes y Congregaciones religiosas. 

Canalejas había dicho: "No llegaremos a la expulsión de las Órdenes religiosas, ni aspiramos a separar la Iglesia del Estado. Tampoco podemos consentir, sin embargo que la Iglesia quiera estar por encima del Poder Civil". Pero rechazó la enseñanza anti-religiosa considerándola antipatriótica y antimoral.

Otros hacen intervenir poderes ocultos del extranjero por su intervención en el problema de Marruecos. Quince días después del asesinato, el 27 de noviembre, se firmaba el Tratado Hispano-marroquí.

En el Congreso había expresado así su pensamiento: "Se viene procurando, desde hace algún tiempo, no defender ideas y propagar doctrinas, sino lanzar ultrajes e imponerse por amenazas. Yo creo y he sostenido siempre, que no hay partidos legales ni ilegales; que todas las ideas son lícitas, que el pensamiento no delinque, es decir todo lo que constituye la esencia de la doctrina democrática y creo también que dentro y fuera del Parlamento, los ciudadanos deben ejercer el derecho de reunión, el derecho de manifestación, el de petición, el electoral, etc. Pero lo que no creo lícito es que a sabiendas se difundan especies falsas, notoriamente falsas e injustamente falsas, para agradar a los demás"... "Otros dicen que este Gobierno es una prolongación de Maura; se habla de indultos que se están concediendo ahora y que no están en la estadística publicada y nos llaman regresivos, ellos mismos dicen que tenemos rozamientos con el Vaticano, y sin embargo nos llaman clericales; preparamos proyectos presentados al Instituto de Reformas Sociales, y sin embargo nos llaman capitalistas plutócratas; otro día, en fin, presenta el Ministro de Hacienda proyectos que benefician al trabajador y se dice que somos enemigos del proletariado".



La noticia del asesinato

La noticia del asesinato se difundió rápidamente por todo Madrid y de aquí a toda España y al extranjero. La indignación fue unánime. Grupos de gente se agolpaban ante el Ministerio de la Gobernación, siendo necesaria la presencia de algunas parejas del Cuerpo de Seguridad a caballo para poder asegurar la circulación.

La penosa misión de llevar la noticia a la viuda del Presidente fue la triste misión de D. Alejandro Saint-Aubin, hermano político de Canalejas. Los Ministros de la Guerra y Gracia y Justicia llegaron poco después. El Rector suspendió las clases en la Universidad. Doña María se trasladó al Ministerio con todos sus hijos. Era tal la afluencia de personas y allegados que tuvieron que cerrar las puertas del edificio colocando refuerzos de la Guardia Civil y del Cuerpo de Seguridad.






Autor del texto: Profesor José Manuel Reverte Coma

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